Educar para un nuevo humanismo

Por supuesto, literatura, poesía, música y toda forma artística nos sitúan en la condición humana; inspirándonos de la tercera intención de la educación, formulada también por Rousseau: ‘enseñar a vivir’. ¿Qué significa vivir? ¿El hecho de vivir, las vivencias, es de por si aprendizaje? En la educación no se trata solamente de enseñar técnicas, saberes, modos de producción, etc., también educar significa aprender las relaciones con los demás y consigo mismo, aprender la civilización, la ciudadanía. Pienso que en ese sentido la literatura, la poesía, el cine es como escuelas de vida para los jóvenes y menos jóvenes. Escuelas virtuales que nos muestran y nos enseñan la condición compleja de las relaciones humanas. Humanidades que enseñan a conocer el ser humano, no en el modo desubjetivado de las ciencias objetivas, sino como sujeto, individuo que vive, sufre, ama, odia y está situado en un torbellino de relaciones humanas. Por eso hay en cada vivencia humana algo de poético y mucho de prosaico.»

Edgar Morin
Edgar Morin, Paris, 2016

Entrevista a Edgar Morin

Nelson Vallejo-Gomez : « ¿Edgar Morin, qué reto deberá aceptar hoy en día la Educación? »

Edgar Morin : « En el ámbito de la educación como en el del conocimiento y en el del pensamiento hay un desafío mayor que debemos enfrentar, si queremos preparar los jóvenes que vivirán el próximo siglo: se trata de la contradicción entre los problemas cada vez más globales, interdependientes y planetarios por un lado, y nuestro modo de enseñar y de conocer cada vez más fragmentado, parcelario y compartimentado, por el otro. »

NVG – « ¿Qué necesita integrar un sistema educativo para afrontar esa contradicción? »

Debemos plantear en todos los campos de la vida y en los campos universitarios, la necesidad de un pensamiento cuestionante, multidimensional, inevitablemente fragmentario, pero que nunca abandona las cuestiones fundamentales y globales. Dos tipos de ceguera afectan hoy la educación cuando tratamos de lo global y de lo contextual. La ceguera que producen los egocentrismos, los particularismos, los atrincheramientos nacionalistas, étnicos y fanáticos. Y la ceguera que proviene de un pensamiento técnico-científico, en donde la aptitud a pensar lo global está atrofiada por la racionalización y la
hiperespecialización. La ciencia humana más formalizada, la ciencia económica, ha sido incapaz de pensar las perturbaciones y las crisis que de Surasia a Brasil amenazan la dislocación de la economía mundial. ¿Por qué esta carencia mental? Porque la economía se convirtió en una racionalización de los intercambios de capitales encerrada en si y desconectada del contexto humano y social. Es curioso anotar que en la Bolsa de valores se producen movimientos irracionales, fenómenos psicológicos, pánicos, que no se explican del punto de vista de la ciencia económica. »