Educar para un nuevo humanismo

Edgar Morin – Nelson Vallejo-Gomez México, 1998

Edgar Morin ((izq.) y Nelson Vallejo-Gómez

Nelson Vallejo-Gomez – « ¿Edgar Morin, qué reto deberá aceptar hoy en día la Educación? »

Edgar Morin – « En el ámbito de la educación como en el del conocimiento y en el del pensamiento hay un desafío mayor que debemos enfrentar, si queremos preparar los jóvenes que vivirán el próximo siglo: se trata de la contradicción entre los problemas cada vez más globales, interdependientes y planetarios por un lado, y nuestro modo de enseñar y de conocer cada vez más fragmentado, parcelario y compartimentado, por el otro. »

NVG – « ¿Qué necesita integrar un sistema educativo para afrontar esa contradicción? »

E.M. – « Creo que debería aspirar a lo que Pascal1 decía hace tres siglos: ‘tengo por imposible conocer las partes sin conocer el todo, así como conocer el todo sin conocer particularmente las partes’. No se trata de un conocimiento fragmentado que ignora las relaciones entre las partes, ni de un conocimiento holístico o totalizador que cree conocer el todo sin ninguna relación con el conocimiento de las partes. El conocimiento debe estar en movimiento, en relación y en religación constante entre lo local que afecta lo global y lo global que reafecta lo local. Aspirar, pues, a un pensamiento capaz de establecer relaciones entre las partes y el todo; un pensamiento que sabe contextualizar lo singular y concretizar lo global. Debemos plantear en todos los campos de la vida y en los campos universitarios, la necesidad de un pensamiento cuestionante, multidimensional, inevitablemente fragmentario, pero que nunca abandona las cuestiones fundamentales y globales. Dos tipos de ceguera afectan hoy la educación cuando tratamos de lo global y de lo contextual. La ceguera que producen los egocentrismos, los particularismos, los atrincheramientos nacionalistas, étnicos y fanáticos.

Dos tipos de ceguera afectan hoy la educación cuando tratamos de lo global y de lo contextual. La ceguera que producen los egocentrismos, los particularismos, los atrincheramientos nacionalistas, étnicos y fanáticos. Y la ceguera que proviene de un pensamiento técnico-científico, en donde la aptitud a pensar lo global está atrofiada por la racionalización y la hiperespecialización. La ciencia humana más formalizada, la ciencia económica, ha sido incapaz de pensar las perturbaciones y las crisis que de Surasia a Brasil amenazan la dislocación de la economía mundial. ¿Por qué esta carencia mental? Porque la economía se convirtió en una racionalización de los intercambios de capitales encerrada en si y desconectada del contexto humano y social. Es curioso anotar que en la Bolsa de valores se producen movimientos irracionales, fenómenos psicológicos, pánicos, que no se explican del punto de vista de la ciencia económica. »

NVG– « ¿La educación podría llenar esa carencia mental? »

E. Morin – « Es posible. A condición de que entendamos la nueva misión educativa como una reforma del pensamiento que permita religar disciplinas; es decir, como un cambio de paradigma que modifique la manera en que nos hemos acostumbrado a pensar. El paradigma de conocimiento que gobierna las mentalidades del « pensamiento único », el cual critico por doquier, se basa en cuatro pilares: lógica deductiva, reduccionismo, separabilidad y ordenamiento. El ordenamiento mental establece y regula lo que se define de la realidad. La separabilidad es el conocimiento simplista de las partes y sin religación entre si. Hay una tradición educativa que separa las ciencias, la cultura humanista de la cultura científica. El cientismo crea una mentalidad incapaz de reconocer la subjetividad e ignora la ínter subjetividad necesaria para relacionarse entre seres humanos. El reduccionismo es la disminución a lo medible, lo cuantificable y cuando rechaza la contradicción aparece una forma mental de raciocinación lógico-deductiva. Se hace evidente la necesidad de pensar hoy en día bajo un paradigma de complejidad, pues vivimos bajo los imperios del principio de disyunción, reducción y abstracción, a cuyo conjunto contribuye lo que llamo el paradigma de simplificación ».

NVG – « ¿Cómo religar las disciplinas? »

E. Morin – « Es necesario recordar cuatro intenciones fundamentales de la educación. Pienso que Montaigne2 formula claramente la primera: ‘es mejor una mente clara que atiborrada’. Esto quiere decir que la enseñanza no consiste en acumular conocimientos, sino en organizarlos en función de los puntos fundamentales.