La identidad de Europa es como un caleidoscopio que intentaremos analizar aquí. Entre sus figuras, hay una, inédita, que nos interesa muy particularmente y cuya “marca de reconocimiento” está en vía de afirmarse. Para entenderla bien, necesitamos un nuevo paradigma, que está surgiendo, el cual necesita un cambio de mentalidad, es decir, una especie de “crisis de identidad”, cuyo proceso cultural o mestizaje planetario está en curso.